11 Abr Whisper, el corgi adoptado por la reina Isabel II
Desde 1944, la reina Isabel II se dedicó a criar perros de raza corgi luego de que le regalaran a una perrita llamada Susan. Dejó de hacerlo en 2015 porque no quería dejar huérfanos a los animalitos en caso de morir. Pero en 2016 experimentó algo nuevo con un lomito que no era de su crianza, lo adoptó.
Se trató de Whisper, un corgi viejito de 10 años que quedó solo después de que falleciera su amo, un guardabosques. Pese a su edad avanzada y necesidad de cuidados, el perro fue acogido en el palacio real de Buckingham por Isabel II. Ella se dedicó a quererlo como si fuera uno más de su criadero y procuró que tuviera atenciones para darle una vejez digna, sin sufrimiento.
En 2016, Isabel II trataba de reponerse por la pérdida de Willow, uno de los canes que crió y que pertenecía a un gran linaje, cuando recibió otra mala noticia: Whisper no pudo más, murió. Fue un duro golpe para la reina, quien cayó en una profunda tristeza. Sumergida en depresión, ella reafirmó su intención de frenar la crianza de corgis, sobre todo tras haberse dado la oportunidad de saber lo que se siente tener un adoptado en casa.
Así, la historia de los corgis como perros de la reina Isabel II llegó a un episodio final que comenzó en 1944 con la llegada de su primer lomito de esa raza a Buckingham, Susan. Actualmente, ella preserva dos canes dorgis, Candy y Vulcan, cruces de raza teckel que también son adoptables de la realeza y que tienen toda la libertad para correr por el palacio.
A lo largo de 75 años, la monarca británica crió aproximadamente a 30 corgis. Algunos aparecieron en fotos históricas del trono inglés y en especiales con James Bond como la bienvenida a Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
Fuente: Daily Mail
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